Un tiempo en paréntesis

Por: Orestes Bermúdez

Durante este tiempo de pandemia la sensación de incertidumbre es la constante, el no saber cómo sobrellevar el día a día ni saber cómo será lo que vendrá cambió drásticamente nuestras rutinas, trabajos y relaciones, nos planteó una sensación de inseguridad debido a que un virus de transmisión muy rápida y que causa la muerte comenzó a habitar con nosotros.

Desde que se declaró, el 15 de marzo del 2020, el estado de emergencia nacional y aislamiento social obligatorio en el Perú y días después se dispuso que las clases tanto de primaria, secundaria y universitarias se llevarían desde casa a través del internet, esto nos planteó una gran dificultad, debido a las condiciones estructurales de este país, donde el acceso a una educación de calidad y de infraestructura material y tecnológica es muy limitada.

Pocas personas en el Perú cuentan con acceso a internet y si es que lo tienen solo existe una computadora en casa o los equipos tecnológicos son limitados, con esa carencia el gobierno emprendió una propuesta que respondía escasamente a la emergencia que vivimos. En Lima, también existen muchas dificultades para acceder a la internet o a aparatos tecnológicos y lo vimos claramente en la sesiones que llevamos con los chicxs del colegio Republica Federal Alemania, varios de lxs participantes contaban con teléfonos que les prestaban sus padres o madres, algunas veces si contaban con una computadora en la casa pero también se enfrentaban con la falta de internet para poder conectarse.

Con ese panorama lxs docentes emprendieron su trabajo asignado desarrollando clases remotas a través del internet.  Muchos, la gran mayoría de lxs profesorxs, no manejaban las herramientas virtuales y tuvieron que aprender a la fuerza y en tiempo real, lo cual generaba una sensación de miedo y de frustración   ya que su capacidad de respuesta estaba limitada y sus alumnxs tenían una mayor agencia en estos medios virtuales.

Asumir el reto de enseñar de esta forma fue comenzar a plantearse alternativas, ¿cómo solucionar esta dificultad?, ¿cómo evitar que el miedo los paralice?, en este ensayo y error constante del día a día  muchos docentes fueron encontrando sus formas para que sus estudiantes reciban las clases, es ahí donde entramos nosotros como Asociación cultural Comunespacio llevando un propuesta de capacitaciones en herramientas tecnológicas vinculadas a la exploración  artística-audiovisual pero no solo fue eso , además fue un lugar para escuchar y entender cómo se estaba realizando este proceso que era nuevo para todes , este proceso que nos exigía sobrellevar un tiempo de muerte y distanciamiento.

En cartas para quien pretende enseñar de Freire nos dice lo siguiente: “lo que yo sé, lo sé con todo mi cuerpo: con mi mente crítica, pero también con mis sentimientos, con mis intuiciones y con mis emociones”, desde esa perspectiva buscaríamos que los docentes afirmen su voz en tiempo de pandemia, una voz que se construye en el diálogo con sus colegas, una voz que busca nuevas respuestas a preguntas nunca antes generadas.

En ese diálogo se escuchaban las dificultades, pero también las aventuras de los docentes, la forma de resolver los retos de la virtualidad, la manera de emocionarse por algún descubrimiento nuevo del zoom o de otra plataforma y la forma de entristecerse por alguna falta de respeto de sus alumnos. acompañar esas experiencias nos ayudaron a crecer y a creer entre nosotros tejiendo un vínculo de complicidad para la enseñanza.

Parecería que es un tiempo en paréntesis, estos símbolos que sirven para añadir una información adicional, pero ¿de qué información se trata? ¿Qué podría dejarnos este tiempo incómodo?, quizás nos habla de  que debemos emprender otra forma de relacionarnos con la naturaleza, una forma más armónica, pero también en términos pedagógicos nos obliga a pensar en la educación como un derecho que debe ser garantizado siempre y por ello se debe asumir como una prioridad de los gobiernos. Lamentablemente sabemos que eso no es así en el Perú y por ello, debemos visibilizar aún más nuestras carencias y desde ahí mostrar todas las posibilidades que se abrirán si esto fuera distinto.

Esta breve narrativa acerca de las condiciones en las cuales vivimos y las emociones que se generaron durante los talleres virtuales de Comunespacio es un reconocimiento al valor del docente de escuela pública y a las necesidades que ellxs enfrentan en su quehacer diario.  

Imagen: Gestions Creatives

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